Mi tiempo de voluntariado en la ONG Tierra y Ser ha sido muy agradable, he aprendido a valorar y cuidar nuestro entorno, en especial las playas, ya que hay mucha gente que aún no es consciente de este problema, ya que hoy en día es muy importante . Además he tenido experiencias muy valiosas donde hemos ayudado a personas que se quedaron sin trabajo por el derrame de petróleo, y también cuando se puede juntar la cantidad de topes para comprar sillas de ruedas. Es muy satisfactorio ya que hay muchas personas que necesitan un aparato ortopédico y cuando lo reciben les cambia la vida por completo. Estoy muy agradecida con la ONG por permitirme ser parte de este maravilloso trabajo.

Ser Ecoguerrero Social de la ONG Tierra y Ser es una de las actividades más gratificantes de mi vida. Todo comenzó recolectando gorras para una amiga que ya había entrado en contacto con la institución, y se convirtió en parte de mi vida. En ese momento solo aporté, y me volví un experto recogiendo tapitas de fiesta donde había botellas vacías y lo convertí en mi proyecto ecológico/social personal. Nunca imaginé el éxito que tendría y cuánto crecería mi red de personas que colaboran conmigo recolectando gorras. Para mí es una alegría llegar a algún sitio y que tengan una bolsita de gorras para mí allá donde voy!!! Como vivo en un lugar pequeño, el maletero de mi coche se ha convertido en mi punto de recogida. Ser parte del gran Proyecto de la ONG Tierra y Ser me hace sentir que estoy haciendo algo por el mundo que dejaremos a las próximas generaciones, que estoy ayudando a un ser humano que necesita una silla de ruedas, a mejorar su calidad de vida. ¡vida! ¡toda la vida! Un legado de compromiso y servicio a los demás, seres sin rostro, pero con alma, espero que mi pequeña aportación haya puesto una sonrisa en la cara de alguien.

Participo como voluntaria en la ONG Tierra y Ser desde 2019. Desde pequeña he tenido una especial sensibilidad por el medio ambiente, debido a la formación que recibí en casa y en la escuela. Conocí la ONG a través de las redes sociales y desde el principio me identifiqué con su trabajo. ¿Qué les espera a las generaciones futuras? ¿En qué planeta y sociedad vivirán? Estas son preguntas sobre las que reflexiono a menudo. La buena noticia es que tenemos el poder de revertir las situaciones más complicadas. Cada acción que realizamos, por pequeña que sea, tiene un efecto a gran escala. Cada insignia que donamos significa darle al plástico un segundo uso y una oportunidad para mejorar la calidad de vida. Los invito a donar no solo los gafetes plásticos que tienen en sus casas, sino también a recolectarlos en las calles, parques, avenidas, playas, donde quiera que vayan. Convertirse en agentes de cambio en sus hogares, centros de estudio, trabajos, en las zonas donde operan. ¡Ayúdanos a ayudar a los demás!